26 de septiembre de 2017

Tarea 1.3. del curso "Tutor en Red"

He aquí mis REFLEXIONES EN TORNO A LA FORMACIÓN FORMAL, NO FORMAL E INFORMAL:

¿Cómo se forma el profesorado a lo largo de la vida?

Creo que, en este caso, la pregunta correcta no sería cómo se forma el profesorado a lo largo de la vida sino cómo debería formarse el profesorado a lo largo de la vida. Porque es evidente que no todos los profesores y profesoras están involucrados de forma activa en su propia formación y, desgraciadamente, son muchos los que permanecen anclados en prácticas educativas obsoletas. Y los hay incluso que se vanaglorian de ello. Quizás decir esto no sea políticamente correcto pero es una realidad que, al menos a mí, me ha tocado vivir en todos los centros educativos en los que he trabajado. Y ya que he comenzado siendo políticamente incorrecta, continuaré siéndolo un poco más para poner de relieve que son muchos los docentes que “se forman” con el único objetivo de conseguir acumular las horas requeridas por la administración y/o para acumular cursos que incrementen su puntuación de cara, por ejemplo, a un concurso de traslados. Sin embargo, esta formación es inútil porque toda formación que no conduzca a mejores prácticas docentes no tiene ninguna validez y cae en saco roto. 

Sin embargo, por suerte, hay muchos docentes preocupados de verdad por su formación, docentes que invierten su tiempo libre en asistir a cursos presenciales por el simple placer de aprender, que se involucran en MOOCs y NOOCs, que comparten su trabajo en las redes,  que saben de la importancia de cuidar su PLE… Y estos, curiosamente, suelen ser también los docentes que no quieren convertirse en islas aisladas en sus centros educativos, que no creen en la máxima de que “cada maestro tiene su librillo”, que colaboran con sus compañeros y compañeras de claustro, que comparten con ellos lo que han aprendido fuera de su centro de trabajo… Porque solo aquel que se preocupa por una formación integral que vaya más allá de la educación formal es capaz de valorar la importancia de compartir y colaborar con los demás. De hecho, si nuestra formación no redunda en beneficio de los demás, entonces pierde gran parte de su valor. Porque como dice el proverbio, “lo que no se comparte, se pierde”.
¿Cómo te formas tú?

Yo procuro combinar la formación formal (presencial y no presencial) con la no formal y la informal, si bien últimamente me decanto más por la formación en línea, ya que es más flexible en el sentido de que no requiere cumplir un horario rígido que no siempre encaja bien con nuestras circunstancias personales. Así, en los últimos años he realizado varios cursos en línea organizados por el INTEF y participo también activamente en cursos masivos abiertos en línea (MOOCs). Esto no es óbice, naturalmente, para que esporádicamente y siempre que el horario me lo permite, realice también cursos presenciales, que tienen la ventaja de ofrecer una interacción más directa con el profesorado que los imparte. Por otro lado, también la formación no formal e informal tiene indudables ventajas. Así, por ejemplo, en mi formación juega un papel decisivo el aprendizaje que obtengo gracias a la generosidad de muchos profesionales que comparten su trabajo en las redes sociales o en sus blogs educativos. Y también la asistencia a determinados congresos, encuentros y ponencias ha sido para mí una fuente inagotable de inspiración que ha contribuido a mejorar mi práctica docente.

¿Cómo aprendes?

Creo que esta cuestión ya está, en parte, respondida: aprendo participando en cursos presenciales y no presenciales, aprendo observando a mi alrededor y aprendo gracias a la generosidad de toda la gente que no se guarda lo que hace sino que lo comparte con el resto del mundo. Y, naturalmente, aprendo también de mis compañeros y compañeras de claustro, de mis alumnos, de la experiencia diaria… Y, sobre todo, aprendo de mis errores. Porque el que no se atreve a cambiar y no asume riesgos, es posible que no cometa errores pero tampoco avanza ni mejora.

¿Dónde aprendes?

Aprendo en todos lados. Intento tener la mente abierta, observar lo que ocurre a mi alrededor, escuchar a los demás… Cualquier lugar es bueno para aprender. 

¿Con quién aprendes? ¿De quién aprendes?

Aprendo de mis compañeros y compañeras de trabajo. Para mí no hay mayor suerte en el mundo que coincidir en tu centro de trabajo con personas que conectan contigo, que te complementan, que te aportan y a las sientes que tú también puedes aportar creando una especie de simbiosis que contribuye al enriquecimiento de todos. En cualquier caso, también tengo que dar las gracias a ese claustro virtual que se mueve por las redes dispuesto a colaborar y a compartir experiencias. Encontrarlo ha sido un gran hallazgo para mí, aunque en este caso siento que yo puedo aportar muy poco en comparación con lo que recibo y eso hace que me sienta un poco insignificante.

Y también, cómo no, aprendo de mis alumnos. Ellos me hacen muchas veces bajar a tierra, replantearme mi manera de dar las clases e intentar mejorar y pulir todos mis errores, que son muchos. 

¿Cómo y dónde aprendes más?

Esta pregunta también está respondida. Intento aprender en todos lados: en el trabajo y fuera del trabajo, combinando la formación formal con la no formal y la informal; hablando con la gente que ejerce la misma profesión que yo, escuchando a los alumnos… 

¿Qué recursos utilizas?

En mi aprendizaje utilizo –como todo el mundo- recursos muy variados, pero la mayoría de ellos están vinculados al mundo de Internet: blogs, wikis, twitter… De todos modos, tengo que reconocer que no soy muy habilidosa con las TIC y cuando alguien dice de alguna aplicación que es muy fácil e intuitiva, yo hago mis cálculos y pienso que tardaré una semana y bastantes horas en hacerme con ella. Por eso a veces me da un poco de pereza. Pero, como también soy un poco cabezota, si algo me interesa de verdad, pongo empeño y pido ayuda a quien haga falta. Dicen por ahí que los hombres no preguntan nunca cuando están perdidos pero, como yo soy una mujer, no me importa preguntar, incluso a riesgo de quedar en evidencia:)

¿Qué recomendarías a un docente que quiera formarse?

Le recomendaría que hiciera cursos, pero no cualquier curso sino aquellos que tienen cierta calidad. Que mire en el INTEF, que bucee por los MOOCs y que se anime a hacer todos los años algún curso, independientemente de que esté relacionado o no con su especialidad. Porque en todos los sitios se aprende algo y todo merece la pena. También le recomendaría que asistiera a talleres de formación que se ofrecen en determinados encuentros educativos, como los que organiza Espiral o AulaBlog, por ejemplo. Asimismo, le aconsejaría que aprendieran a manejar las redes sociales porque, bien utilizadas, constituyen una potente herramienta de formación y comunicación.

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